María Meleck Vivanco: Mar de Mármara, alucinaciones del azar

Viernes16 de septiembre 19 hs presentamos 
Mar de Mármara

Mar de Mármara (alucinaciones del azar)

 Canciones para Ruanda

María Meleck Vivanco



Presentan
   Jorge boccanera
  Laura Yasan
Músico invitado:
   Ica Novo
Recitado:
   Elizabet Moino



«Tan contundente es la poesía de Vivanco, que cada verso la representa; elijo dos: «todo respira incendio» y «ella se pudre en sueños»; son apenas señales de una selva interior donde hierve su marmita de fuego derretido. Con datos pálidos, hilachas del bosque, fulgores que duran un parpadeo, arma una y otra vez la historia de una niña que posa sus enormes ojos en las «huellas carnívoras» de la noche. Otra de sus anotaciones habla de: «el misterio de una espesura abierta», dando cuenta del hecho poético: la posibilidad siempre remota de entrever por una rendija los matorrales del enigma. Poeta de la videncia,  Vivanco trabaja con paisajes exuberantes y devastados, donde el amor y la muerte abrevan en la misma poza. Así, la urdimbre de sus imágenes incorpora paisajes astillados, naufragios, cacerías, pesadillas, pero también la vehemencia del erotismo, la exaltación de lo vital y un amor que es vocación y esmero...»  

Jorge Boccanera



Los trabajos sin luz


   Esta limosna turbia del carnaval  Tan inocente, que vuelve a saborear las últimas hipocresías del otoño  En hilos simulados de caricia y entera red confiable  En navegar la nada a torbellinos 
   Muchacha pequeñita disfrazada de loca  Su ley no la resguarda de los cuervos  Sus trabajos sin luz, nadie los mira  La belleza, como viuda del sueño, no resuelve su taquicardia de latidos  Ese rumor de abejas delirantes que recorre el zodíaco
    

   Celoso, ultramarino, regresa Dios con las primeras lluvias



La luna de mísera


   Vi el desamor   Vi la estrella mortal caer sobre mi gozo su cuchillo de punta  Invadí con mis branquias la fuente del deseo, dando vuelta un caldero de niños desvelados  Y a través del dolor bebí de un vino dulce, donde ardían promesas de parte de lo absurdo
   Vi malabares que ofrecían la justicia bautizando con agua de llanto de usureros  Me arrastré por la piel de los hombres sin tierra, en un ramo espectral orquestado de pájaros
   Frotando el paraíso como si fuera lámpara, me dije: mi niña consentida volverá a enamorarse  Cuando se transparente una tregua de sangre  Y la luna, de mísera, se cubra de retazos


   Y ascendí como un ángel a excesivo prodigio




María Meleck Vivanco

Valle de San Javier, Córdoba, 1921 - Uruguay, 2010. En poesía ha publicado Taitacha Temblores (1956, poemas quechuas, Lima, Perú); Hemisferio de la rosa (1973); Rostros que nadie toca (1978); Los infiernos solares (1988); Balanza de ceremonias (1992); Canciones para Ruanda (1997).
Su obra ha sido reconocida por las siguientes distinciones: Premio Libro de oro, Lima, Perú (1956); Segundo premio de poesía de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (1978); Premio Fundación Argentina para la Poesía (1988); Premio de Poesía del Fondo Nacional de las Artes (1991); Premio UNICEF, Nueva York, EEUU (1997);Premio Universidad de las Letras, Habana, Cuba (1997); Premio Fundación de los Poetas Vivos (1998).
En 1978 fue invitada al  Tercer Congreso Latinoamericano de Mujeres Escritoras, organizado por la Universidad de Otawa, Canadá y, en 1999, al Congreso Internacional de Surrealismo en el Tercer Milenio realizado en Roma, Italia.