La avidez del silencio, de Dafne Pidemunt


ilustración de tapa: Carlos Terribili
presentación del libro:
La avidez del silencio
de
Dafne Pidemunt

jueves 15 de noviembre
19 hs

presentación: Inés Manzano
 lectura de los poemas: Ingrid Pellicori
Músico invitado: Benjamíon Seminario

Casa de la Lectura
Lavalleja 924


Dicen que dicen que la poesía no está en el decir, sino en lo que no dice. Se vuelve y desenvuelve la poesía, entonces, a partir del silencio y no de la palabra, aunque el silencio es palabra, acaso la más difícil de oír porque es la que más dice. Es como si en el papel hablara más el blanco que la letra... Es como si en el diálogo bastase  más el gesto o la mirada que lo dicho... Es como si el temblor de una hoja ya fuera una desmesura del lenguaje... ¿Avidez de qué, entonces, si no Avidez del silencio para que la palabra hable? Por eso, sí, por eso, este libro no acepta ser cerrado, porque se vuelve y desenvuelve entre las manos –ahora, lector entre las tuyas–, de modo que siempre se vuelve y desenvuelve sobre sí mismo... sobre nosotros mismos... que nunca somos los mismos... sino otros...
Si se pudiera pedir el sol como se pide un café– dice Dafne.
Y el sol estalla entre las manos...
 Alberto Szpunberg

La danza se hace añicos, 
dividida en cuatro
agua, tierra, aire, fuego
opaca la música
y se mueve el silencio.

¿Los cuerpos conocen
de ritmos lejanos
y de adioses repetidos?
¿Los cuerpos saben
de cunas
de camas
de ataúdes?

¿Saben, también
que no hay palabras
para los que quieren gritar,
que no hay silencio
para los amordazados?

La danza, en cambio,
desconoce toda ley
y se arrincona,
aguarda,
que bailemos
como antaño.
*

Si se pudiera pedir el sol como se pide un café.

Desayuno a solas con el tiempo
(implacable el tiempo, a la hora de respirar)

Te digo palabras para que dejes de creer en mí:
digo abejita succionando una flor,
luna en tu sombra,
agua que te quema,
digo canción.

Te entregaría mi sangre a cambio de tus miedos.

-Hay veces que el amor 
no es asunto de los muertos.
*

Los dioses ya no amparan mi caída.
Los días cálidos de enero
se han trasladado
a otras costas de espuma. 
(cae el sol)

Otras muertes nos aguardan.
Ya no las alegres muertes de la infancia
-La hormiga aplastada por el juego-
Espinas caen en Rilke
y amenazada por el tétanos, la rosa.
(cae el sol)
-La hormiga aplastada por el juego-

Entraremos a la muerte
como vinimos a la vida,
por entre las piernas de algún demiurgo.
*

He de escribir 
para que algún dios
se arrime hasta mis piernas,
desvanezca en mis brazos.
Para volcar la culpa de dolerte.
La hostia capital que no he tomado.

(Llevo el pecado como un rezo
que nunca me enseñaron.)

-Quise decir: amar.
-Quise decir: alguna vez te tuve entre mis manos.

Dafne Pidemunt
 Dafne Pidemunt nació en BsAs en el año 1977. Realizó estudios de cine y video en la Escuela Municipal de Cine y Video de Lomas de Zamora. Participó de diversos ciclos literarios. Realizó talleres de escritura en La casa de la Poesía. entre otros. Tiene publicado «El juego de las estatuas», ed.  Yügen, 2004. reeditado por «Ediciones la mariposa y la iguana», 2010. Participó de la antología de poetas argentin@s cotemporane@s «Si Hamlet duda le daremos muerte».
Este es su segundo libro editado.Actualmente se encuentra estudiando  el profesorado de Lengua y literatura en el Instituto Superior J.V. González , dando clases de escritura creativa y desarrollando el proyecto editorial «Ediciones la mariposa y la iguana» junto a Leticia Hernando.


2 comentarios:

  1. Dafne fui a la Feria del Libro, charlamos y compre un libro me fui y me olvide de comprar el tuyo La avidez del silencio, al hojear lo me había encantado. Si va mi nieta se lo encargo y sino tendré que ir a Lavalleja para comprarlo. César Vernengo

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  2. Hola Dafne. Hoy estuve en la feria del libro. Quede Maravillado con EL JUEGO DE LAS ESTATUAS, me lo devore camino a casa. Estoy a punto de empezar LA AVIDEZ DEL SILENCIO y luego si me dedico a FIJMAN, OROZCO y GIRONDO. Gracias por tus recomendaciones y sobre todo por tu pasión que contagio la mía. Besos. Mariano Gabriel Molina.

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